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~Pensadores~

domingo, 14 de abril de 2013

209 Días

Sentada. Con el ordenador encendido, buscando sin éxito algo con lo que distraerme. Tenía unas de esas corazonadas que me suelen dar, me dolía el pecho y tenía ganas de llorar, miedo, mucho miedo . No podía dejar de pensar en el por qué de las cosas, por qué a veces nos sentimos infinitos y otras como si fuésemos agua en el desierto.
Justo ahora, después de estar doscientos nueve días viviendo en una eterna agonía, estaba intentado aplicar a mi vida la frase de ‘no necesito amor para vivir’, pero un mensaje lo cambia todo…
Rayadas otra vez, muchas preguntas sin respuestas, muchas respuestas sin preguntas.
De repente, se escucha el ruido de algo rompiéndose contra el suelo, alguien maldice, abre la puerta y se larga, dejando a su paso una nube de tensión en el ambiente. Entonces, en ese momento, comprendí todo…
Somos como cuadros situados en el peor lugar de la estantería, en cualquier momento alguien podría destrozarnos en mil pedazos, el cuadro sería sustituido por uno nuevo y todo seguiría su curso habitual… pero, ¿realmente cómo nos sentimos en ese momento? Estamos bien, o algo parecido, pero en el momento más inesperado, pasa algo o alguien que convierte tu mundo en una jaula para ratas. Entonces nos preguntamos el por qué del modo en que suceden las cosas. Deberíamos aprender a cuidar las cosas, a valorar cada detalle, y de poner cuidado en cada palabra que decimos, porque en cualquier momento nuestra vida se puede hacer añicos y terminar en la basura. Tenemos que aceptar que aunque sea en el fondo, somos frágiles, y que en cualquier momento algo o alguien puede destrozarnos y simplemente todo seguirá igual, aunque tu estés muriéndote en un pozo de agua salada, en un pozo de lágrimas. Valorar cada minuto y segundo de nuestra existencia, porque cuando menos te lo esperes puedes darte de bruces contra el suelo. Tendríamos que dejar que las cosas sigan su curso, y que si algo pasa, será porque tendría que pasar, no deberíamos de evadir la realidad, sino intentar enfrentarnos a ella. Cuidarnos y cuidar a los demás, recoger los pequeños cristales que quedan en el suelo y reconstruir con ellos las grietas de tu pequeño corazón. Dejar de ocupar el peor lugar de la estantería.. amar y perdonar… tan solo vivir.

By: Kll