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~Pensadores~

lunes, 23 de junio de 2014

-Felicidad-

Los momentos difíciles, los momentos impactantes, esos que cambian nuestra historia, nuestro recorrido, nuestro camino, nuestra forma de sentir.
Te separas de todo.
Ahora comprendo que es menos complicado obedecer que huir. Que ser feliz, es una opción, pero claro no solo depende de lo que pase fuera, porque el día no es soleado o nublado, es del color de tu alma, para cada uno es diferente, ya no es algo objetivo.
Tanto como el sufrimiento es subjetivo, estar bien depende de lo que pase dentro, si te callas, se pudre, explota dentro. Solo quedan ruinas después de la tormenta, una de mis tormentas ha pasado, y hay calma, profunda calma... Han pasado tantas cosas, han cambiado el rumbo, cada capitán decide cambiar el rumbo de su barco, yo lo he hecho, y quién sabe cuántas veces lo volveré a hacer.
Quizá lo que necesitaba simplemente, era aprender a descansar, simplemente, un poco de relax, un poco de mi, de estar solo conmigo.
Una vez, leí un proverbio chino : ''Si caminas solo, llegarás más rápido; pero si caminas acompañado, llegarás más lejos''. Es cierto. Sola quizá, incluso, hubiese retrocedido... pero mira, aquí estoy, ahora mismo, me encantaría parar el tiempo, ahora, sí me siento una chica de 14 años, no es la mejor edad, ni el mejor momento, o tal vez sí, lo descubriré.
No necesito cosas materiales, solo un poquillo de amor, de este que recibo ahora. Antes también lo recibía, o eso creo recordar pero no lo valoraba, supongo que me daría igual. He descubierto lo bien que me hace amar, amarles, amarme. He aprendido a reirme, supongo. A seguir, a valerme sola, pero a la vez acompañada. Siempre hace falta un pequeño o quizás un gran empujón, y es mejor pasos que pequeños y seguros, que grandes e inseguros.

El tiempo es realmente valioso, tanto para preocuparse por pensar demasiado. Ahora vivo, sé lo que es vivir, y la vida son los buenos y malos momentos, son los buenos y peores recuerdos,  son las heridas y  las cicatrices. Es como una canción, ya sea triste o algo más alegre, tiene su magia, algo místico, algo quizá divino.
La vida la hacemos nosotros...  cada día, y el amor se demuestra día a día, con cualquier pequeño detalle. Con un atisbo de sonrisa. Con cualquier cosa.
No prometo que sea todo el tiempo así, pues tenemos que caer y levantarnos. Y gracias a todos lo que me apoyáis, os quiero muucho, mucho más que antes.

Gracias por hacerme vivir, gracias por estar a cada momento.

No es ''depronto'', es ''de pronto'' ; no es ''enserio'', es '' en serio''; no es ''atravez'', es ''a través''; no es '' sin ti'', es ''contigo''.

sábado, 14 de junio de 2014

Locura

Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor.  El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que casi uno pasa según sus necesidades.
 La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca un paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando un persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
 La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que <<el tiempo todo lo cura>> es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
 La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es sólo dolor; y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
 La última puerta, es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
Soñé, soñé con cosas agradables y poco a poco la herida dejó de dolerme

-Patrick Rothfus