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~Pensadores~

sábado, 14 de junio de 2014

Locura

Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor.  El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que casi uno pasa según sus necesidades.
 La primera es la puerta del sueño. El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca un paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando un persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
 La segunda es la puerta del olvido. Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que <<el tiempo todo lo cura>> es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
 La tercera es la puerta de la locura. A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es sólo dolor; y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
 La última puerta, es la de la muerte. El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
Soñé, soñé con cosas agradables y poco a poco la herida dejó de dolerme

-Patrick Rothfus

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